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El coleccionismo es considerado un pasatiempo para muchos, para otros una inversión.
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Las condiciones para que un coleccionista pueda dedicarse profesionalmente abarcan aspectos como el valor del mercado, su tamaño y la relevancia.
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Ambas firmas, Creditea y Frik-in desarrollaron “Fintalks ‘El Cómic’”, con la intención de fomentar la educación financiera.
Para un coleccionista, tener una visión financiera enfocada en la redituabilidad de sus inversiones es crucial. El consumo gradual exige ciertos sacrificios a los que no todos pueden acceder con la misma facilidad.
Por ello, muchos de los consumidores casuales se preguntan si realmente el consumo de cómics, figuras de acción, tarjetas, estampas, sneakers y mucho más es realmente una inversión. Dentro de este concepto, se enmarcan algunas condiciones que se deben conjugar para que el coleccionista pueda ver resultados óptimos. Entre estos, por ejemplo, se destaca las condiciones de los elementos constituyentes de una colección, el espacio de exhibición y el valor de ésta.
Es por ello que muchos han decidido emprender un negocio con el objetivo de solventar sus gastos. Pese a esto, las inversiones suelen ser riesgosas y el consumidor debe tener una buena educación financiera. Esto le permitirá continuar de manera profesional, sin descuidar los gastos del hogar.
De hecho, la Asociación de Emprendedores de México (ASEM) en la última Radiografía del Emprendimiento en México señaló que la mayoría de las personas que inician un negocio son jóvenes entre los 26 y 35 años, los cuales representan el 35 por ciento de la cantidad total.
Ante esto, muchos han optado por el enfoque de canales varios, en donde una encuesta realizada en conjunto por DataReportal, Hootsuite, We Are Social y GWI, mencionan que las herramientas más utilizadas para la venta, son las llamadas telefónicas (95,1 por ciento), el contacto por e-mail (94,7 por ciento), mediante el software de office (90,6 por ciento), redes sociales de comunicación como WhatsApp (86,8 por ciento) y videollamadas (86,5 por ciento).
Coleccionismo, ¿realmente una inversión?
Para responder a esta pregunta, hace falta más que un sí o un no. Como ya he mencionado, hay ciertos parámetros que definen cuándo algo es coleccionable y cuándo no. De la misma manera, se debe considerar el valor y la vigencia de dicha colección. Mucho más importante es considerar el mercado en el que esa colección se oferta.
En México, valdrá más la colección de estampas del “Tri”, del álbum de Panini, que para un mercado europeo. De la misma manera, se ofertarán a mayor o menor precio los sneakers de Adidas de Bad Bunny según las condiciones en las que se desenvuelva este como marca personal.
Estos ejemplos, sin embargo, aún pueden presentar un valor estimado general, debido a que para un coleccionista del álbum de Panini, vale la pena tener cada estampilla. De la misma manera, un coleccionista de tenis o un fan de la Bad Bunny sabrá que vale la pena gastar 12 mil pesos para que, en unos años, su valor se eleve a 20 o 30 mil pesos.
Por mencionar otro ejemplo, tenemos el juego de cartas de Pokémon. Hace unos meses, el valor de la primera carta existente de Charizard se disparó. Esto a tal punto que un ejemplar fue vendido el pasado 4 de marzo por Heritage Auctions en 336 mil dólares.
Considerando otro juego de cartas, Yu-Gi-Oh, tenemos la carta “Elemental Hero Air Neos”, ejemplar cuyo valor inicial era de 100 pesos hace más de 10 años. Con el paso del tiempo, y tras una supuesta polémica con la aerolínea “Neos”, la carta no ha sido reimpresa. Esto hace que su valor se eleve en portales especializados hasta los 2 mil dólares según la fecha de consulta.
Sin embargo, no todos los mercados están dispuestos a pagar 2 mil dólares, y mucho menos 336 mil dólares por una carta. He ahí uno de los primeros dilemas al considerar al coleccionismo como una inversión redituable.
Pese a esto, podríamos considerar lo dicho por Roberto Shimizu, coleccionista a cargo del Museo del Juguete Antiguo México, quien señala que los juguetes sí pueden ser considerados como una inversión en virtud de que son objetos de un valor temporal. Su precio, por este motivo, es directamente proporcional a la importancia de cada producto. Por ello, un elemento puede encarecerse o abaratarse según corresponda su condición.
Exclusiva con Creditea y Frik-in: la visión financiera de un coleccionista
En entrevista exclusiva para Merca2.0 con Juan Cuellar, director de experiencia de usuario, operaciones y ventas de Creditea y con Pablo Naop, director general de Frik-in, se comentó sobre algunos temas en torno a la accesibilidad de los mexicanos en general para desarrollar una buena visión de educación financiera. De la misma manera, se señaló bajo qué circunstancias, un coleccionista puede considerar que su hobby es una inversión.
De acuerdo con el estudio socioeconómico de TResearch, durante 2020 se registró un aumento de la clase baja, representante del 57 por ciento. Por otro lado, la clase media se quedó en un 42 por ciento. Finalmente, la clase alta en México es representada por sólo el uno por ciento de la población, equivalente cerca de 429 mil 701 hogares. Por ello, cuando se le preguntó al especialista de Creditea sobre este hecho, compartió lo siguiente:
“Independientemente de la clase socioeconómica en la que uno se encuentre, la educación financiera debe ser parte de cómo se distribuye el salario, por más grande o pequeño que este sea. Más allá de esas situaciones que se salen de nuestras manos, lo que se plantea con este concepto es ‘que no seas tú mismo quien se meta el pie, quien no te deje llegar a la quincena por malas decisiones'”.
“Es, por ejemplo, en los gastos hormiga en donde la gente no se da cuenta cuánto gasta. Hay vicios muy caros, como el cigarro, o los dulces, que son del día a día. Retomando el aspecto de la condición socioeconómica: la movilidad tiene que ir acompañada de una buena planeación, de las decisiones conscientes que se toman“.
En el caso de los coleccionistas, el líder de Frik-in destacó la importancia que ha tenido la industria de los videojuegos, de los cómics y de las figuras coleccionables en los últimos años, muchas de ellas generando mucho más dinero incluso que el cine actualmente. Sin embargo, cuando se le preguntó sobre la viabilidad de los coleccionables en términos de inversión, señaló que siempre es mejor recurrir a un experto en finanzas y a un coleccionista con experiencia:
“La especulación que se da al valor de estos materiales suele ser altísimo. Como coleccionista casual está bien darte un ‘gusto’. Pero hay que ser más honestos con nosotros mismos. Como una inversión, no es funcional. Muchas veces incluso desprenderte de algo cuesta trabajo. Hay gente que se dedica profesionalmente a esto, pero para uno como amateur no es tan sencillo. No es fácil generar réditos con una inversión de esta clase porque es a muy largo plazo”.
“Obviamente también influye la gente malintencionada que se dedica a la reventa, donde acaparan estos productos y se dedican a revenderlos al doble o el triple. Ellos sí están generando ingresos a corto plazo, pero honestamente, como una inversión yo diría que no vale la pena para un usuario casual de esto. Hay gente que se dedica a esto como un broker de arte, que gradúan y venden a precios establecidos”.
Entre los dos proyectos, se ha desarrollado la iniciativa “Fintalks ‘El Cómic’”, con la intención de fomentar la educación financiera, impulsada por las empresas, asociaciones y expertos digitales que buscan abordar de una manera práctica información y conceptos sobre el tema. De la misma manera, acercan estos conceptos a las personas con el objetivo de generar conciencia y que tomen mejores decisiones en torno a su educación financiera.
Para ambos conocedores, la clave está en la información, en el conocimiento. Es cierto que un coleccionista puede alcanzar este grado de generación de ingresos, aunque según los datos a considerar, hay muchos otros espacios en donde el dinero puede rendir más. De la misma manera, el considerar esta opinión profesional hará que el camino hacia una buena educación financiera sea más sencillo.
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