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Promociones: Marcas y marcadores

Francisco San José propone un análisis sobre el entorno futbolístico y sobre su aplicación digital en el apartado de 'Marcas y marcadores'.

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FRANCISCO SAN JOSÉ

UN MUNDIAL CALIENTE

Muchas son las cosas que harán de la Copa Mundial de futbol de Catar un torneo absolutamente distinto de todos los que hemos visto hasta este momento.

  Por una parte, son las extrañas fechas en las que esta competición se jugará, mismas que deben de comprenderse ante la imposibilidad de realizarse en los meses en los que habitualmente se realiza. Si ya la idea de jugar una competición de élite en verano, supone aprovechar las fechas de descanso de los clubes para llevarla a cabo, hacerlo con temperaturas inclementes como las que privan en julio y agosto en Oriente Medio, sería un auténtico suicidio tanto para los jugadores y las delegaciones asistentes, como para la numerosa legión de aficionados que suele desplazarse hasta la sede del torneo para apoyar a cada uno de sus respectivos equipos nacionales.

Además en su momento, la asignación de la sede en este inusual país fue también duramente criticada, ya que la decisión todavía recayó bajo el mandato de Joseph Blatter, a quien la historia recordará como una gestión salpicada de escándalos tanto financieros como de corrupción y en donde ésta elección siempre estará marcada por la polémica al derrotar a las candidaturas que en su momento también presentaron otros países como Australia, Estados Unidos, Corea del Sur o Japón.

Catar, un  país con nula tradición futbolística y que nunca se había clasificado a una Copa del Mundo por méritos balompédicos, se hacía así con la sede del máximo evento del deporte más popular del orbe gracias a los petrodólares y a múltiples acusaciones de realizar acciones de sportswashing para intentar mejorar su reputación a nivel mundial producida por innumerables acusaciones de violentar los derechos humanos en su territorio.

Este término, recientemente acuñado, sirve para describir todas aquellas acciones que utiliza una causa (en este caso, un país), para lavar su imagen pública mediante la organización de grandes eventos y el uso de los deportes internacionales.

Al limpiar sus faltas, se justifica deportivamente ante todas aquellas audiencias que lo siguen y que a partir de la celebración de la competición, se fijan en ésta y en todo lo que ocurre alrededor de la sede en la que se desarrolla el evento, “olvidándose” de todo aquello que se le podría imputar al país anfitrión.

LAS PROTESTAS INTERNACIONALES

En el caso del Mundial catarí, diversas entidades internacionales han señalado las injusticias cometidas por el comité organizador local, a quien acusan de hacer trabajar en condiciones infrahumanas en la construcción de los recintos a los obreros bajo el candente rayo del sol. De hecho, algunas fuentes sitúan que cerca de 6,500 trabajadores, principalmente inmigrantes procedentes de países cercanos como Bangladesh y Sri Lanka, habrían perdido la vida al trabajar en obras vinculadas a la realización de la Copa del Mundo.

Tales acontecimientos no han pasado desapercibidos en algunas de las delegaciones que tomarán parte en la máxima competición futbolística del planeta. Al presentar la ropa que utilizara la selección danesa, Hummel, su patrocinador técnico, sorprendió al mostrar el tercer uniforme en colores totalmente negros que contrastan con los habituales rojo y blanco que sirven para distinguir al equipo representativo de esa nación escandinava a lo largo del tiempo.

Interrogados sobre ese hecho atípico, que además mostraba el logotipo de la marca y el escudo de la Federación danesa en tonos diluidos y prácticamente invisibles, los ejecutivos de la marca señalaron que se trataba de una protesta silenciosa que desde Copenhague se lanzaba para recalcar los abusos cometidos en territorio catarí contra los trabajadores inmigrantes.

En Inglaterra, por ejemplo, llevan ya un rato disgustados con la forma de actuar de David Beckham, quizás el último futbolista icónico del balompié inglés, debido a que después de retirarse en el París Saint Germain, firmó un contrato para volverse embajador de la Copa del Mundo catarí y tras la celebración de este evento, el jugador seguirá promoviendo las visitas turísticas al país, así como sus tradiciones culturales. 

Beckham que cobrará 175 millones de euros a lo largo de diez años, ha sido fuertemente criticado por anteponer esa suma de dinero por encima de sus convicciones personales.

Estas son sólo algunas de las protestas que diversos actores de la comunidad internacional han externado sobre la realización de esta controvertida Copa del Mundo. Habrá que esperar a que ruede el balón para ver si no se producen algunas más. Sin duda, el de Catar promete ser un Mundial caliente y no sólo en cuestiones climáticas. 

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