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En el 2022, se registra que más de mil millones de personas en el mundo sufren algún tipo de trastorno psicológico.
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Se prevé que para el 2030 la salud mental sea la principal causa de discapacidad en el mundo.
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En el 2020, la depresión y ansiedad ya costaban a la economía mundial cerca de un billón de dólares.
La pandemia del Covid-19 ha dejado muchos cambios en todo el mundo, en especial en las personas que con estos dos años que han pasado luego de esa fuerte crisis, muchos le prestan atención a la salud mental. Ante este panorama que se ha visto en los insights de muchas industrias, se espera que la salud mental sea el nuevo propósito de las marcas para el 2023.
La conversación sobre la salud mental siempre ha existido, por lo que de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 300 millones de personas en el mundo sufren depresión, y uno de cada cuatro personas sufrirá algún problema mental a lo largo de su vida.
Asimismo, el informe: Global Health Service Monitor de Ipsos, la salud mental se encuentra en el segundo lugar entre los problemas de salud mundial y supera al cáncer en el ranking de los mayores problemas de salud a los que se enfrentan las naciones.
En el mismo informe de Global Health, se estima que, a nivel global, el 58 por ciento de la población dice pensar “a menudo” en su bienestar mental. Acorde a eso, datos de la OMS, destacan que el 15 por ciento, de los adultos en edad laboral, presenta algún trastorno mental, lo que supone pérdidas de más de 1 billón de dólares para la economía mundial y por ende, esta problemática se presenta como un foco a priorizar para la movilidad socioeconómica de la comunidad internacional.
En México, de acuerdo con el censo del 2020, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a lo largo del territorio nacional hay un millón 590 mil 583 personas con algún problema o condición mental. Y datos del gobierno federal, solo dos de cada 10 personas con algún problema o condición mental que requiere atención la obtiene y aquellas que logran ser atendidas, no siempre reciben la atención adecuada.
La salud mental y las marcas
Estos cambios se han reflejado estos últimos años en los proyectos, productos y hasta estrategias que han presentado las marcas al público, pues la sociedad actual prefiere seguir y comprarle a empresas que sean agentes de cambios y contribuyan en el bienestar del mundo y las personas.
Ante eso, las estrategias de comunicación que se centran en su atención han empezado a ganar protagonismo y muchas marcas lo están convirtiendo en su propósito de este año que acaba y del 2023.
En un nuevo informe presentado por la consultora global de Comunicación, Asuntos Públicos y Marketing, LLYC, “La salud mental como propósito de marca”, se puede ver los puntos claves que juega la comunicación en este propósito.
“Teniendo en cuenta el contexto en el que la definición del propósito de una marca es clave, la salud mental presenta un gran potencial como territorio de conversación para que las empresas puedan desempeñar un rol activo, legítimo y con un efecto concienciador y positivo para las personas”, se lee en el informe.
En ese mismo contexto, dicho documento aborda los ángulos de la salud mental, tales como: decisión fatigue, que se trata del cansancio, la extenuación mental que se experimenta cuando se afrontan demasiadas decisiones. Esto reitera que es “importante que las empresas se cuestionen: ¿qué pueden hacer como marca para aligerar a las personas esta carga? Y, sobre todo, ¿cómo puede hacerlo de una forma tangible, compartible y, por tanto, extensible a todo el mundo?”.
Otro ángulo que aborda la investigación y que las marcas deben de tomar en cuenta es el síndrome del impostor, que es un trastorno poco conocido, pero lo sufren siete de cada diez personas. Por lo cual, las marcas deben estudiar el contexto y raíz del problema, para así poder influir en los entornos laborales que favorezcan la confianza, la autoestima y el desarrollo de cualquier profesional.
La ansiedad social es otro trastorno que consiste en el temor que tiene la gente a ser juzgadas por quienes les rodean. “Es de suma importancia que las empresas impulsan iniciativas, como campañas de concientización, que simpaticen con esos públicos que demandan de su atención”, refiere la consultora.
Por último, el síndrome de Brain frog, que es una afección mental que se caracteriza por la falta de concentración y de claridad mental. Por lo que las marcas deben tomar en cuenta que lo esencial para combatirla es buscar la forma de reducir los niveles de estrés.
La investigación indica que para que las marcas diseñan una estrategia de comunicación con narrativa potente y enfrentar estos ángulos, se deben de considerar actuar de forma única y diferenciadora, tener una voz legítima y creíble sobre la salud mental y debe ser una marca accionable.
“Las estrategias a implementar deben activar una forma de hacer, de actuar o incluso un movimiento que tenga una repercusión real y directa en las personas. El propósito no puede ser un discurso vacío, tiene que dar pie o incluso incitar a que la audiencia se movilice y tome las riendas. A partir de aquí, lo determinante es encontrar el ángulo que, vinculado a la marca, lo haga realmente creíble y único”, se lee en el informe.
Y es así, como este 2023 las empresas seguirán sumando su voz en los temas que están afectados a muchos en el mundo, como la salud mental, que ya no es solo un tema que ataña a las autoridades sanitarias, pues se ha demostrado que todos los agentes, instituciones y corporaciones que forman parte de la sociedad tienen una responsabilidad y un rol que desempeñar ante sus numerosas vertientes.
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