Estas variaciones han llevado a una fusión de las disciplinas tradicionalmente separadas de las comunicaciones internas y externas, que parece continuarán así en los próximos años, así como un énfasis en la responsabilidad social hacia dentro y fuera de la organización a través de los criterios ASG.

La importancia de que las empresas tomen posiciones y se reúnan tanto con sus audiencias como con los empleados de frente cuando surjan temas relevantes, está muy presente en la mente de los comunicadores y lo estará todo el 2023, sin olvidar la relevancia de las métricas y el auge de la Inteligencia Artificial (IA).

Durante este año, la comunicación interna se ha centrado en el compromiso con los empleados. Sin importar si la modalidad es remota o híbrida, las comunicaciones han estado presentes alentando a los directivos a mantener el pulso en la organización, participar en el tránsito armonioso hacia la “nueva normalidad” y ayudar a la empresa a mantener a los empleados involucrados e inspirarlos para conectarse con su misión y propósito.

Con una sociedad cada vez más participativa y crítica, en medio de un ambiente polarizado y una economía frágil, los comunicadores debemos esperar que crezcan las exigencias y las necesidades de las comunidades, por lo que debemos impulsar a las organizaciones a tomar una posición más activa, más allá del discurso, y ejecutar acciones más dirigidas, serias, colaborativas y profundas.

En 2023, es de esperarse que continúe la transición de profesionales de relaciones públicas (RP) a roles de “comunicaciones de marketing” o “comunicaciones integradas”. Nunca ha sido más importante que las RP y el marketing estén alineados y trabajen juntos, especialmente a medida que las organizaciones cambian su enfoque de los medios ganados a los medios propios y al marketing digital.

La presencia del ASG tomó un impulso a raíz de que brincó la cerca del sector financiero para imbuirse en el mundo corporativo en general, gracias a que ha demostrado su impacto en el valor de la marca y la transformación que está haciendo en la gobernanza, dando mayor espacio a las mujeres y a las minorías en general, y adoptando políticas de DE&I (Diversidad, Equidad e Igualdad).

Si bien cada vez se están utilizando más los servicios de IA para monitoreo, análisis web, escucha social y desarrollo de contenido, principalmente, las RP siempre han tenido una relación difícil con la medición de su impacto. A medida que la economía se desacelera, las empresas no se conformarán con que las agencias o departamentos de RP reporten “estamos generando confianza en la marca”. En cambio, tendremos que encontrar formas concretas de demostrar el retorno de la inversión. Eso no significa que tengamos que usar las mismas métricas que el marketing (de hecho, no debemos), pero 2023 es el año en el que las RP y los datos deben aprender a congeniar.

Los profesionales de la comunicación lo sabemos y las principales asignaciones de trabajo lo demuestran: el dinero en RP y el profundo respeto de la alta dirección lo ganarán aquellos que muestren resultados más allá de una abundante cobertura mediática. A medida que las RP evolucionan, también lo hacen sus funciones y sus métricas. Así se espera el 2023.