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Sustentabilidad desde el consumidor; obstáculos en el cambio de la industria

En el tema de sustentabilidad, para que la industria cambie, el consumidor tienen que estar dispuestos a hacerlo.

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Sustentabilidad
  • El consumidor como un todo tiene un mayor impacto en la sustentabilidad del planeta.

  • Marcas comienzan a trazar sus rutas en función del consumo de los compradores.

  • Trabajadores priorizan el trabajo y la fidelidad con marcas coherentes con el compromiso ESG.

Algunas marcas ya se han adaptado al tema de la sustentabilidad, sin embargo, desde la perspectiva del consumidor, muy poco se ha hablado. Probablemente porque un solo comprador no puede generar un cambio real.

No obstante, estudios indican que el impacto de los consumidores podría acelerar o frenar estos procesos. Esto a través de sus hábitos de consumo.

La industria y el compromiso con el planeta

En los últimos años, la amenaza de acabar con los recursos naturales ha provocado un cambio generacional. De ahí que el fenómeno del consumidor consciente haya sido capaz de cambiar para siempre la industria en el sentido macro de la palabra.

Poco a poco, se ha trazado el camino hacia la sustentabilidad ambiental. Las empresas han sido condicionadas por sus consumidores para jugar un papel más activo en favor de acciones de gobierno ambiental, social y corporativo (ESG). En términos generales, el mundo ha arropado este chip, aunque la transición no ha sido sencilla.

El ESG, que se expresa como un enfoque que permite evaluar la labor de una corporación para incrementar las ganancias a través de iniciativas con objetivos de desarrollo social y ambiental sostenibles, ha sido una práctica compleja. Sobre todo para las empresas consolidadas. Esto debido a que en gran medida sus inversiones son a largo plazo. Por ello, el compromiso social y ambiental requiere de un tiempo de adaptación. Esto no ocurre con las startups que pueden elegir ser responsables desde el inicio.

Bimbo y LEGO, dos marcas que siguen esta línea

Dos ejemplos de esto podrían ser Bimbo y LEGO. En el caso de la panificadora, incluyó recién en 2022 clips compostables para las bolsas de pan.

Con ello, Bimbo Canadá se convirtió en la primera panificadora nacional en América del Norte en introducirlos. Esto con el objetivo de reducir 200 toneladas métricas de plástico al año. No obstante, esto no ha podido replicarse en otras divisiones.

En el caso de LEGO, la marca tiene un gran impacto en el ambiente al desarrollar millones de bloques de plástico al día. Sin embargo, quizá sería injusto juzgarla desde esta perspectiva pues tiene casi 100 años de vida. La marca ha implementado fábricas con la intención de convertir el plástico en energía renovable. Asimismo, la marca se comprometió en 2021 a cambiar progresivamente las bolsas de plástico por bolsas de papel renovable. Finalmente, esperan que para 2025 los ladrillos en producción sean totalmente renovables o reciclados.

Sustentabilidad desde el consumidor; obstáculos en el cambio de la industria

Hoy en día, para las empresas el considerar que las nuevas generaciones encuentran una mayor afinidad en los referentes con responsabilidad social es imprescindible para la industria. La coherencia es importante para ellos. Los procesos de compra también son premeditados. El peligro para una marca de no afiliarse a la sostenibilidad es el de perder valor y respeto.

No obstante, esta no es una labor tan sencilla de considerar, sobre todo cuando una industria se encuentra tan avanzada. Como ya se ha mencionado, las marcas evalúan cada aspecto de su sector, y en muchos de los casos, el cambio propuesto surge de un efecto dominó. De un día para otro el consumidor target puede despertar y exigir un cambio que toma años. En otros casos, aún más complejos, es cuando el cambio no es retribuido. Es decir que los hábitos del consumidor mucho tienen que ver con estas decisiones.

A través del estudio publicado por Porter Novelli titulado ‘Examinando la Brecha entre el Decir y el Hacer’, conocemos el otro lado de la moneda. El estudio compartió que el 84 por ciento de los encuestados están preocupados por el planeta. Sin embargo, existe un espectro de intenciones relacionadas con compromisos de sustentabilidad. Algunos de ellos directamente no harían nada frente al cambio climático, mientras que algunos otros toman cada cambio como parte de su estilo de vida.

Según este, el 54 por ciento aceptaría cambiar pequeños hábitos de consumo con la intención de favorecer al planeta. Mientras tanto, el 26 por ciento se adaptaría en gran medida a los cambios significativos. Esto se suma a lo que compartía la agencia de consultoría Mazars en algunos estudios. Según Mazars, las nuevas generaciones priorizan el trabajo con empresas con responsabilidad ambiental. De igual manera, consumidores eligen a las marcas coherentes con su discurso ESG.

No obstante y volviendo al estudio de Porter Novelli, este señala que el consumidor en términos generales no está dispuesto a realizar cambios en su estilo de vida a lo largo de todas las posibles conductas sustentables. Esto quiere decir que sólo lo haría con algunos aspectos específicos:

  • Reutilizar productos usados
  • Apertura para utilizar productos hechos con ingredientes amigables para la naturaleza
  • Receptividad para dejar de comer carne alguna vez por semana

De ahí que el estudio haya identificado que las tres barreras principales de los consumidores son los costos, la accesibilidad y el desempeño. Con ello, la desinformación se expresa como uno de las mayores amenazas de la industria. En muchas ocasiones, reconoce la agencia, es muy común que se asuma complejo el adoptar dichos cambios en la vida diaria. No obstante, quizá el problema atienda más a ese desconocimiento.

Juan Carlos Machorro, Socio de Santamarina + Steta y experto de Merca2.0 considera que el enfoque ESG en México y Latinoamérica tendrá un gran avance en los próximos años. Por ello, es de suma importancia que la información en torno a estos mitos o tabús sea precisada por las empresas. Ya no es sólo necesario pensar en la sustentabilidad, sino en la información:

“Hay retos. Uno de ellos es contar con unos lineamientos cuya aplicación sea adoptada por la mayoría de empresas. Eventualmente tendremos que ver un proceso de homogeneización de estas métricas o estándares de cumplimiento con conceptos ESG”.

El camino es largo y probablemente muchos pensarán que la conclusión es hacerle todo el trabajo al consumidor. En parte sí, pues aunque un consumidor se adapte a la sostenibilidad, si una empresa daña en gran escala, el cambio de un consumidor no será ni un poco significativo. Por otro lado, crear campañas de consciencia generará cambios graduales. La clave está en pensar en una estrategia que sea educativa, pero natural, y que tampoco pierda el enfoque que es crear consciencia y ayudar al planeta.

 

 

 

 

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