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Juan Becerril

La familia es un cliente distinto

En diversas entregas de esta columna de AgroMarketing, he tenido la fortuna de compartir mis puntos de vista y experiencia con las y los agricultores, siendo éstos los clientes principales sin desconocer que hay otros jugadores como las asociaciones, las bodegas que reciben las cosechas, la industria que procesa los productos provenientes del campo, entre muchos otros.

Con esto en mente, hoy toca el turno de hablar de una entidad maravillosamente compleja la cual merece un tratamiento totalmente distinto en el tipo de acercamiento mercadológico y comercial: me refiero a la familia. 

En nuestra región geográfica, muchos países tal como México, enaltecen tremendamente el concepto de familia, pues nos referimos a ella no solo como un grupo de individuos con lazos consanguíneos y afectivos sino incluso llegamos a visualizarla como el “lugar” seguro donde se gestan maravillosas historias llenas de emoción y sentimiento.

Si construir segmentos de clientes por características o comportamientos implica un desafío interesante ¿cómo abordar a un grupo multifacético como la familia? Acompáñeme, por favor.

 

La familia como entidad social

El portal SCIELO establece que la familia es “un grupo social primario en el que sus miembros se relacionan por vínculos de parentesco en el que se asumen roles y jerarquías a partir del desempeño de ciertas funciones que hacen posible la formación de la persona mediante interacciones significativas que se den hacia el interior del grupo, favoreciendo el desarrollo de las habilidades psicosociales que le permitan integrarse a su sistema sociocultural y realice su existencia.

La agricultura tiene una directa vinculación con los roles de los miembros de la familia en la labor del surco, donde esa jerarquización que aparece en el concepto anterior, es una calca que se refleja en las dinámicas de la familia rural, donde el padre, proveedor por excelencia, guía a su descendencia al tiempo que también se alinea obedientemente con su propio padre. 

Si bien las mujeres en el campo han comenzado a tomar protagonismo en nuestro continente a ritmos distintos, es el soporte y guía, formadora de los menores y consultora de ocasión de las decisiones del patriarca, pues es innegable que su talento no conoce límites.

Con todo esto en mente, le pido que nos concentremos en tres momentos clave donde es posible hacer contacto con las familias manejando un lenguaje que represente los tan mencionados roles dentro de esta compleja célula social:

 

Primer Momento: Planear la temporada

Todas aquellas marcas agrícolas que han modernizado su lectura del mapa del cliente, entienden que las decisiones de un agricultor no suelen ser unilaterales, motivo por el cual es inteligente pensar que no solo el perfil de cada cliente es relevante sino el entorno familiar en el que se desenvuelven y hacerse preguntas como ¿los tíos, abuelos o hermanos de nuestro agricultor tienen la misma vocación del cultivo que nuestro potencial cliente va a sembrar? ¿Cuentan con tierra propia o van a rentar? ¿Es factible negociar de manera conjunta con los clientes.

La influencia de unos familiares con otros no es cosa menor, algunos de ellos pueden fungir incluso como embajadores de marca, situación que ocurre de manera natural y aún sin nuestra intervención, así que en lugar de negar los hechos, opere inteligentemente esta gestión comercial pues no deja de ser una clara oportunidad.

 

Segundo Momento: Eventos especiales

“El diablo está en los detalles” se dice de manera coloquial y justamente esos pequeños datos que no son tan evidentes, son los que nos permiten generar una experiencia grupal distinta. Imagine que, en lugar de invitar a su cliente de una manera genérica e individual, hace una mesa con los miembros de una sola familia  y les da un trato especial basado en el peso específico que ese grupo tiene en su comunidad, les hace recordar los años de trascendencia que han tenido en el estado o incluso en el país.

El reconocimiento y talento de quienes dejan huella de manera individual, siempre se puede celebrar pero cuando es una familia la que construye un legado, tiene un punch emocional de distintas dimensiones.

Y por cierto, hablando de detalles, sólo asegúrese que los miembros de ese grupo tienen buena relación, pues si yo le contara lo que se ve en la vida comercial del campo…

 

Tercer Momento: Comunicación

Herencia, trascender, liderazgo, impacto, son solo algunos conceptos en los que usted puede basar la comunicación hacia grupos de familias agrícolas, pues en el ADN de cada uno de sus miembros, existe un alto nivel de competitividad contrastando con su deseo de cooperación. 

Estas dualidades pueden ser una línea narrativa muy poderosa que suele pagar excelentes dividendos.

 

Sembrando reflexión

La familia es sinónimo de sinergia, donde 1 más 1 resulta en 3, donde el aprendizaje infantil es el que forja a los protagonistas del mercado y créame, conozco marcas y empresas que llegan a convertirse en un invitado constante de las conversaciones dominicales, así que si usted es capaz de entender que desde la honestidad y sinceridad se pueden construir vínculos indestructibles con su mercado.

 

¿Su industria tiene estas oportunidades también? Comparta su experiencia pues ya sabe que de eso se trata este espacio. Un saludo a su familia.

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