Cauduro utilizó su plástica para hacer una crítica social acerca de las injusticias a los marginados, su legado permanecerá, por ejemplo, en el mural del Metro Insurgentes, en la fachada de un edificio ubicado en Avenida Veracruz, en la Colonia Roma y en las escalinatas de la Suprema Corte de Justicia en el que hace una crítica al sistema judicial mexicano, que es considerado como una obra maestra por su técnica.
El muralista mexicano pertenece probablemente a la última generación de artistas reales, fuera de la digitalización. Sus obras, esas majestuosas que dejan sin aliento son las últimas que veremos en su esplendor, ahora los NFT o activos digitales únicos son obras de arte digital que han tomado relevancia especialmente después de la venta de una pieza de arte por 70 millones de dólares.
Cómo entender que la sensibilidad y la pasión que imprimieron artistas como Cauduro en sus murales tienden a ser hechos en una máquina y se aprecian a través de una pantalla.
Todo se transforma, mucho más el arte, actividad viva, pero hay evoluciones que duelen no sólo por nostalgia sino porque se trata de parte esencial de los seres humanos, un segmento que no puede llenarse con píxeles.
Poco quedará de artistas como Cauduro, quien estudió arquitectura y diseño industrial en la Universidad Iberoamericana, con el uso de herramientas digitales e inteligencia artificial, por ello, preservar la obra y la de otros a la altura de Rafael es primordial.