-
El coleccionismo de juguetes puede profesionalizarse, aunque analistas no recomiendan verlo como inversión a corto y mediano plazo.
-
El coleccionismo dependende fundamentalmente del estandar del precio en una marca y de su situación financiera y territorial.
-
Marcas como LEGO exhiben una distancia del 744 por ciento entre los países más baratos y más caros para comprar bloques.
El coleccionismo de juguetes es un mercado que se halla entre el borde de los kidults y aquellos que lo ven como una inversión a futuro. No obstante, para aquellos que planean hacer de este sector una fuente de ingresos segura, lo más probable es que no funcione.
Y es que no es que no se pueda, sino que en muchos de los casos, esto responde a las necesidades de cada mercado, a las posibilidades económicas de cada uno y a la demanda de la zona.
Un artículo que es de fácil acceso en un emplazamiento valdrá naturalmente menos que en un espacio en donde sea imposible de conseguir. Otras variables como el valor de la moneda de cambio de dicho territorio también impactarán directamente en la sostenibilidad de esto. De la misma manera, el mercado debe demandar una cierta cantidad por el producto, pues si no existe comunidad local dispuesta a comprar un artículo, seguramente este no será comprado tan fácilmente.
Por poner un ejemplo, tenemos la salida del álbum Panini del Mundial de Qatar 2022. Este se volvió todo un hito entre los coleccionistas. En México, plazas públicas y comerciales se vieron invadidas por coleccionistas, quienes pagaron grandes cantidades por la estampilla de Messi. No obstante, ahora que el Mundial ha terminado, el mercado cambia, y así como las estampillas de Argentina pudieron haber duplicado su precio, las de Ecuador o Costa Rica pudieron haberse devaluado.
En un año, el público coleccionista se verá reducido y, como es natural, los precios en comunidades bajarán, mientras que algunas otras estampillas se mantendrán a la alza por su rareza. Por ello, profesionalizar el coleccionismo se vuelve algo muy exclusivo, con lo cual sólo unos cuantos pueden lograrlo. En muchas de las ocasiones, se requiere incluso la intervención de la marca para hacerlo posible.
Ante esto, Pablo Naop, director general de Frik-in, dijo para Merca2.0 en una entrevista que pese al entusiasmo del coleccionismo, realmente no es una inversión funcional a largo plazo si no se tiene un conocimiento amplio sobre el mercado en el que un coleccionista se mueve:
“La especulación que se da al valor de estos materiales suele ser altísimo. Como coleccionista casual está bien darte un ‘gusto’. Pero hay que ser más honestos con nosotros mismos. Como una inversión, no es funcional. […] Hay gente que se dedica profesionalmente a esto, pero para uno como amateur no es tan sencillo. No es fácil generar réditos con una inversión de esta clase porque es a muy largo plazo”.
Sostenibilidad del coleccionismo de juguetes y la depedencia a las economías
Así como se ha hablado de la importancia que tienen las comunidades en el marco coleccionista, también juegan un papel fundamental las compañías jugueteras. Muchas veces, estas definen el tipo de mercado que se maneja en cada país en el que se hallan inmersos, por lo cual, no se puede hablar de uno solo. La unificación de precios en sentido estricto se vuelve imposible. James Booth, el Director Editorial de TheToyZone, señaló para Merca2.0 la explicación de esto y el porqué puede justificar el alza de precios según el mercado:
“Las empresas de juguetes ajustan sus precios en función de la demanda, la competencia y los costos de producción y distribución en cada país. También tienen en cuenta factores económicos como el poder adquisitivo, el tipo de cambio y los aranceles aduaneros”.
“Si una empresa de juguetes quiere vender sus productos en un país con una moneda débil, es probable que aumente el precio para compensar la pérdida de valor de la moneda. También puede ajustar el precio de acuerdo a la tasa de impuestos y los costos de transporte en el país de destino”.
De ahí que marcas bastante coleccionables como Hot Wheels, LEGO y Palymobil hayan ajustado sus pecios durante los últimos meses, algo que por supuesto afecta directamente al mercado de coleccionistas y que progresivamente podría también afectar al negocio en turno.
A pesar de esto, el propio especialista señala que una marca considera muchos factores previo a la instalación e incursión de un mercado, por lo que en sentido estricto, es complicado que existan pérdidas financieras, por ejemplo para estas gigantes de la industria.
“En general, las empresas suelen considerar una serie de factores al evaluar la viabilidad de entrar en un nuevo mercado, incluyendo el tamaño del este y su demanda potencial, la presencia de competidores y la facilidad de acceso al mercado”.
“También pueden considerar factores económicos y políticos, como el poder adquisitivo de la población, el tipo de cambio y los aranceles aduaneros. Además, las empresas suelen llevar a cabo un análisis de costos y beneficios para evaluar si entrar en un nuevo mercado es rentable a largo plazo”.
LEGO marca la pauta
Como ejemplo de cómo una marca puede moldear el precio su propio mercado a través de un estandar, tenemos a la marca LEGO, la cual se alza como una de las más exitosas del momento, capaz de vender 28 sets por segundo durante temporada navideña.
El propio sitio TheToyZone realizó un macro estudio del mercado global de la marca, desvelando cuáles son los países más caros y más baratos para comprar sets de la compañía juguetera.
Entre algunos de los datos más importantes que pudieron hallarse fue que, Bélgica es el lugar más barato del mundo, según su tipo de cambio, para comprar sets de lego, con un promedio de 269 dólares estadounidenses por set. Por otro lado, Dinamarca, siendo el hogar de la compañía, es el segundo lugar de Europa más barato y el cuarto más barato del mundo, con un promedio de 287 dólares.
Existen sin embargo en el continente americano realidades diametralmente distintas. Mientras en Canadá, Estados Unidos y México, los promedios son de 294, 349 y 447 dólares respectivamente, países como Brasil y por supuesto Argentina presentan precios considerablemente más elevados, siendo de 652 y 2 mil 270 dólares cada uno.
Si bien, para coleccionistas de países como Argentina y Brasil puede ser más complicado incentivar el coleccionismo, lo cierto es que todo esto responde, como ya ha sido señalado, a los factores económicos, políticos y sociales de un mercado. Sobre esto, el especialista de TheToyZone argumentó que un aumento en los precios no necesariamente implica una afección natural del sector, pues suelen ser aumentos evaluados con la intención de mantener la sostenibilidad del negocio:
“El aumento de los precios no necesariamente tiene que afectar negativamente a la industria si hay una demanda suficientemente alta y las empresas pueden justificar los precios más altos a través de la calidad o la exclusividad de sus productos”.
Con ello, la estabilidad del coleccionismo se evalúa también bajo estos paradigmas, hecho que provoca que en México un set como el Daily Bugle de la línea de Spider-Man valga 549 dólares, mientras que en países como Noruega ni siquiera llegue a los 300 dólares.
En el mundo, se estima que los ingresos del sector juguetero ascenderán hasta los 262 mil 500 millones de euros en 2023, mientras que se espera que el mercado crezca anualmente un 5,63 por ciento entre 2023 y 2027. Esto exhibe lo importante y lo grande que es el mercado juguetero para la relación económica y política de cada país. Finalmente, termina por evidenciar la distancia abismal del coleccionismo en México, Argentina y Brasil con países como Dinamarca, Bélgica y Noruega.
Ahora lee:
Millennials y Generación X adecuarán su presupuesto para entretenimiento por inflación
Entrevista a Dollarize: apps de conversión hacen frente a la devaluación
Acusa 4T renuencia del poder judicial para reformar leyes; ¿cómo será con Norma Piña?
Reducción de emisiones CO2 será prioridad en publicidad digital